Me declaro ofendida
Como colombiana y consciente de la situación de narcotráfico, violencia, pobreza y drogadiccón presente en mi país, no puedo evitar sentirme un poco ofendida por el títular de uno de los artículos publicados en la más reciente edición de The Economist.
El artículo habla del aumento en los índices de criminalidad y de narcotráfico en el que se suponía era uno de los países más pacíficos del mundo entero, es decir Canadá. El artículo comienza contando como un miembro del ministerio de la provincia British Columbia fue casi víctima de un robo a mano armada, luego de contar esta anécdota, se habla de los índices de violencia, de la preocupación del gobierno por estos, de la medidas que se están tomando y de cómo los violentos han logrado evadirlas. En todo el artículo no se menciona ni una sola vez el nombre de Colombia ni de algún Colombiano, y sin embargo el artículo se llama “Drug gangs in Canada, British Columbia or Colombia?”
Es absurdo que el titular contenga tal nombre sólo para ilustrar al lector a que imagine cuán grave se está tornando la situación de violencia y tráfico de drogas de una zona de algún país. Es humillante el que hagan tal comparación cuando ni siquiera se están comparando cifras o citando colombianos criminales, y ni siquiera asi lo consideraría aceptable.
Como colombiana y consciente de la situación de narcotráfico, violencia, pobreza y drogadiccón presente en mi país, no puedo evitar sentirme un poco ofendida por el títular de uno de los artículos publicados en la más reciente edición de The Economist.
El artículo habla del aumento en los índices de criminalidad y de narcotráfico en el que se suponía era uno de los países más pacíficos del mundo entero, es decir Canadá. El artículo comienza contando como un miembro del ministerio de la provincia British Columbia fue casi víctima de un robo a mano armada, luego de contar esta anécdota, se habla de los índices de violencia, de la preocupación del gobierno por estos, de la medidas que se están tomando y de cómo los violentos han logrado evadirlas. En todo el artículo no se menciona ni una sola vez el nombre de Colombia ni de algún Colombiano, y sin embargo el artículo se llama “Drug gangs in Canada, British Columbia or Colombia?”
Es absurdo que el titular contenga tal nombre sólo para ilustrar al lector a que imagine cuán grave se está tornando la situación de violencia y tráfico de drogas de una zona de algún país. Es humillante el que hagan tal comparación cuando ni siquiera se están comparando cifras o citando colombianos criminales, y ni siquiera asi lo consideraría aceptable.
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