22 de febrero de 2009

Just say no, better...

Según el artículo “Abstinence-only education is up for grabs under the new government” (1) de la Revista The Economist, de la semana del 14 de febrero de 2009, el programa educativo de abstinencia en los Estados Unidos no está dando resultados, entonces necesita ser cambiado, yo sencillamente me pregunto algunas cosas ¿Por qué hay tan poca fe en los adolescentes? ¿será cierto que la abstinencia es tan imposible de lograr, que tocará enseñarnos de condones y anticonceptivos para que al menos sea menor al posibilidad de embarazos o enfermedades de transmisión sexual ? ¿Un programa basado en el uso de condones, anticonceptivos y sexualidad segura, no lanzaría por los aires la promiscuidad?

(1) http://www.economist.com/world/unitedstates/displaystory.cfm?story_id=13109923

10 de febrero de 2009

Portaretrato familiar actual

Luego de leer “Money in misery”, (1)un extenso pero muy completo artículo de The Economist que se dedica a analizar a fondo el divorcio en la actualidad, especialmente el binacional, hubo 3 aspectos resaltados en el artículo que me dejaron un mal sabor.


En primer lugar, el interés por el dinero que llena a las parejas actuales. Es como si el ideal de mantener una familiar unida de por vida, para afrentar juntos todos los obstáculos, ya no existiera. Ahora, cuando el marido o la esposa, llega a la quiebra o es despedido de su empleo, situación más factible ahora debido a la crisis económica tanto estadounidense como mundial, el cónyuge que dependía de sus ingresos, tienda cada vez más a abandonarlo. Es más, incluso se afirma que la crisis ha ayudado a las firmas de abogados especializados en divorcios, pues han aumentado el número de casos y por lo tanto las ganancias. Que tristeza que la única razón que una a la mayoría de los matrimonios actuales sea el dinero, factor que termina llevándolos a caros divorcios cuando este se acaba. Luego viene el asunto de los abogados, quienes ahora, por el interés de las ganancias que dejan los divorcios, ya no intentan que las familias intenten conciliarse, sino que tornan el asunto en una alcancía, si les das una millonada de dinero, te ayudan a quedarte con la custodia los niños, con el dinero, incluso en algunos casos hasta con parte las futuras ganancias del otro. Finalmente, me sorprendieron las altas tasas de separación a nivel mundial, como el caso de La Unión Europea, en donde anualmente se registran 875,000 divorcios.

¿Qué puedo decir? Me duele, me duelen los hijos de padres que se separan y se vuelven a casar una y otra vez, en diferentes ciudades, mientras los hijos son siempre objeto de peleas por la custodia, la cuota de alimentación, incluso por el abandono de uno de sus padres. Me duele el estado del matrimonio, la poca capacidad de lucha que tenemos ahora ante las dificultades cuando estamos en pareja. Me duele que se necesiten acuerdos prenupciales para creer que tu prometido no robará tus bienes en caso de un divorcio. Me duele que los abogados tomen como un juego a la familia, que los mismos esposos también lo hagan.

Para concluir un video, una canción que Pink hace dedicada a los hijos de padres separados, basándose en su propia vida. Family Portrait, como se llama el video, nos hacen pensar lo marcados que quedan los hijos de matrimonios que terminan en divorcios. ¿Si quedan tantas marcas, tantos dolores, por qué estamos tratando la familia como un juego de dinero?


Como blogger no me está permitiendo subir el video, aquí esta la url que lleva directamente a éste, inclusive subtitulado en español:



"In our family portrait, we look pretty happy


Lets play pretend, let's act like it comes naturally


Idont wanna have to split the holidays


I dont want two addresses,


I dont want a step-brother anyways


And I dont want my mom to have to change her last name"

'La versión oficial de periodismo' terminó por causar controversia

A las 9 en punto de la mañana, en el auditorio "David Mejía Velilla" de La Universidad de La Sabana, y en honor al Día del Periodista, tomó lugar el conversatorio "La versión oficial en el periodismo", el cual contó con la participación de el secretario de prensa de la presidencia y ex decano de la facultad de comunicación de esta universidad, César Maurico Sánchez, y como invitado especial también estuvo presente Luis Enrique Rodríguez, profesor de radio de la facultad y reportero para caracol radio.

El conversatorio lo abrió el ex decano César Mauricio, a la izquierda de la foto, y trató temas como la veracidad, su importancia ante una situación de crisis y su utilidad para la reputación de un periodista, el mismo César Mauricio Sánchez lo ilustró con la siguiente frase: "La mentira nunca es rentable, tarde o temprano sale la verdad" El ex decano utilizó diferentes ejemplos, como el del presidente Nixon y garganta profunda, o el de los partidos de oposición cuando se intentan hundirse unos a otros con mentiras. Igualmente habló de la importancia del trabajo en grupo cuando se es periodista, afirmando que es esencial conversar los temas con otras personas, oír diferentes puntos de vista, para poder ser lo más objetivo posible. Siguió la intervención tocando el tema del manejo de la opinión en momentos de crisis, resaltando que los primeros minutos de una crisis son fundamentales y que se deben usar para ordenar datos objetivos, sin usar adjetivos ni opiniones, y finalizó con una mirada al manejo de medios del actual presidente de la república, de la entrada que le han dado a los periodistas regionales, de la manera en la que se recomienda al presidente sobre todos los aspectos de una audiencia y circunstancia, cuando va a hablar y necesita cambiar la opinión pública.

Luego siguió Luis Enrique Rodríguez, a la derecha de la foto, confrontó fuertemente al anterior expositor, afirmando que ese intento de manejo de las crisis de una manera que no afecten al presidente, pueden llegar a atentar contra la misma libertad de prensa, usó como ejemplo las acusaciones a Holman Morris y a Jorge Enrique Botero, además de la prohibición de la entrada de los periodistas al aeropuerto a la llegada de los secuestrados liberados la semana pasada. Incluso mencionó lo “triste que es que haya una restricción para andar libremente por la casa de Nariño siendo periodista” Luego continuó con una dura crítica a los medios y las nuevos periodistas, afirmando que ya no hay análisis profundo, no hay preguntas buenas, que el gobierno los ha encerrado en una jaula, limitándolos a la información oficial. El jefe de prensa del presidente intentó defenderse con el argumento del número de asesinatos a periodistas y como ha rebajado desde que se comenzó a limitar el libre acceso.

Entre discusión y discusión, que a veces causaban incluso risa en el auditorio por la manera en que ambos expositores intentaban tratarse con respeto per
o dejando ver que claramente no apoyaban la opinión del otro, nos dejaron una gran inquietud: ¿qué es más importante, el manejo de la opinión pública con restricciones para evitar crisis, o el libre acceso de los periodistas a todo lugar, así se arriesguen vidas y surjan serias controversias?

Al finalizar el conversatorio, le pregunté a varios estudiantes sobre qué tanto les había gustado la charla, la mayoría llegaron a la misma conclusión; que aunque había tendido a la monotonía y el tema no estaba bien claro, la discusión entre los dos expositores había puesto picante al momento, dispersando un poco el ambiente pesado.

3 de febrero de 2009

Atacando a la iglesia católica, nuevo pasatiempo.

Me sorprende en exceso la manera en la actualmente se habla del catolicismo, es como si de cualquier tema se tuviera que hablar con certeza de lo que se dice, con fuentes claras y especialmente con respeto, pero del catolicismo no, de ése si se puede decir cualquier tipo de idioteces que se vienen a la cabeza, como en el artículo que encontré dentro de una de las revistas de mayor credibilidad y trayectoria de los Estados Unidos, The economist. El artículo se titula “Catholics and Jews, a less than perfect touch” (1) y habla de una serie de afirmaciones de Benedicto XVI y de varias autoridades religiosas del mundo, hacia el judaísmo, los musulmanes, entre otros.
Siento decirlo pero, aprovechando que este es un espacio de opinión, me doy la libertad de afirmar que me parece bastante lamentable la manera en la que está escrito el artículo y el tema me parece más que trillado. Éste artículo agarra varias afirmaciones de Benedicto XVI, las hace sonar irónicas, las ridiculiza y exagera. El papa manifiesta dolor y apoyo con los judíos y es malo, expresa que la evangelización de Latinoamérica no fue la imposición de una cultura y es una falta gigante de respeto, olvidando que, aunque no se crea, hay muchos latinoamericanos orgullosos de haber crecido con la religión católica en el alma. Por qué no entienden que el papa no es cerrado, no es conservador, simplemente trata de defender las creencias de una iglesia a la que tiene que mantener unida a las ideas que son de ésta. Podemos respetar a los judíos, a los cristianos, a los musulmanes, a los ateos, pero a los católicos no, a esos no. ¿Si hay tal libertad de pensamiento en el mundo actual como se afirma, por qué no dejan de atacar al catolicismo, al papa, a los creyentes? La iglesia no es perfecta, pues ante todo somos humanos los que hacemos parte de esta, e igualmente merecemos respeto.

Viendo la guerra con ojos de niño.

A veces, sin darnos cuenta y pretendiendo que jamás pasó, olvidamos que alguna vez fuimos niños. Yo vivo entre recuerdos, y entonces pasan por mi cabeza, de vez en cuando, los días jugando con mis amigos, que sólo terminaban cuando mi mamá asomaba la cabeza por la ventana gritando que la comida estaba lista, o la mañana en la que mi bicicleta se quedó sin manubrio y me di un duro golpe, incluso a veces recuerdo una noche en la que una gran explosión nos despertó a mi hermanito y a mí, pues una cuadras más abajo, en el parque Lleras, habían puesto un carro bomba, pero nadie nos explicaba nada, ¿cómo sentí o pensé aquella noche? Recordamos los juegos, las amistades e incluso los días tristes, pero los vemos ya con mente de adultos, de jóvenes, de viejos, y no recordamos lo confuso que es ser niño, cuántas dudas, cuántos asuntos que los adultos se niegan a explicar, cuántas preguntas sobre el mundo, la maldad, la generosidad, la igualdad. Todo esto es lo que tanto logra sorprenderme de “El niño con el pijama de rayas”. Comenzar a leerlo e introducirme entre sus páginas fue como volver a entender como un niño piensa, como un niño ve la realidad, la guerra, la familia. El autor, John Boyne, capaz de introducirse en el modo de pensar de un niño de ocho años, escogió uno de temas que, incluso aún, causan mayor dolor en la humanidad; el nazismo y los campos de concentración. Es curioso que siempre habíamos estado viendo la historia desde los ojos de los judíos, la mayoría de películas, como La Vida es Bella o El Pianista, nos mostraban la realidad desde las víctimas, pero John Boyne se pone a la tarea de hacerlo no sólo desde la cabeza del hijo de un importante Coronel Nazi, sino que logra mostrarnos a la perfección la confusión de Bruno, que antes que Nazi es niño, incapaz de ver a su propio padre como alguien malo, pero con inquietudes sobre los hechos que lo rodean, como que su padre no detenga a aquel soldado cuando le comienza a pegar al judío que pela las papás y ayuda en las comidas, el mismo que un día, muy amablemente, le curó su rodilla, o cuando le duele que le peguen a su amiguito, pero sabiendo al mismo tiempo que ellos no se supone que deberían ser amigos, sin saber bien por qué. Aunque a la película le falta mucho en el aspecto de meternos en la cabeza de Bruno, si logra mostrarnos como este chiquito no entiende por qué llaman a los judíos malos e incluso dicen que no son personas, cuando su amiguito es tan sólo un ser humano que sonríe, que le gusta jugar y que, aunque a veces está triste y sucio, es un muy buen amigo, incluso mejor que Martín, Daniel y Karl. El final me dolió en el alma, mi hermanito pequeño estaba sentado a mi lado y se asustó por la manera en la que empecé a temblar e incluso manifestó que no leería un libro en su vida si eran así de terribles como mi cara, pero es que ver morir a dos niños, dos mentes inocentes que a la guerra no han aportado nada, duele. Pero mueren como iguales, como dos amigos cogidos de la mano, como dos razas que se supone que se odian. Ellos, vestidos iguales, se saben iguales y es que al final, dejando todas las bobadas que se cruzan por la mente de la humanidad, SON IGUALES.